Han pasado quince años desde que Vitalic (alias Pascal Arbez-Nicolas) se encargó de redefinir el techno utilizando su sensibilidad francesa nativa, mezclando energía y melodía para forjar su propio estilo reconocible. Muchos de esos temas, como «Poney», «La Rock 01», «My Friend Dario» y «You Prefer Cocaine» se convirtieron en clásicos de club, difuminando las fronteras entre el techno, la música disco, el rock y el pop, e inspirando y estimulando profundamente una escena que llevaba luchando desde el final del «French touch» por encontrar algo un poco más refrescante que el disco house filtrado.
Se podría decir que Vitalic marcó el comienzo del French Touch 2.0, volviendo a poner de moda los bangers y situando de nuevo a Francia en el mapa de las pistas de baile. En su primera producción, firmada por el creador de tendencias DJ Hell para su sello Gigolo, Vitalic apenas prestaba atención a las fronteras de género y se concentraba simplemente en crear temas demoledores, una mezcla de melodías irresistibles, sintetizadores en estampida y pura energía. En pocos años, la electrónica francesa cambió de rumbo, abandonó las pistas de baile para las que había sido concebida y empezó a salir de gira, en directo. Había nacido una revolución: Vitalic abrió el camino y Daft Punk, Justice y Etienne de Crecy le siguieron.